Influenciadora digital indígena utiliza la internet para preservar la cultura de su gente (serie x 3)
Seleccionado Mujeres Trabajadoras
Raphael Alves
BRASIL
En medio de la selva amazónica, a orillas del Río Negro, una joven con pintura facial estaba aburrida. La pandemia de Covid-19 había cortado el flujo de visitantes, aislando aún más esta aldea indígena, accesible solo por barco. Así que Jūgoa Tatuyo (conocida como Cunhaporanga en Internet), de 22 años, pasaba sus días, teléfono en mano, tratando de aprender las formas de las redes sociales.
En poco más de 18 meses, Cunhaporanga ha recolectado más de 6 millones de seguidores en TikTok, simplemente mostrando escenas de su vida cotidiana. Para ella, las actividades que publicó no tenían nada de especial. Pero para su creciente audiencia, llevaron a una intimidad repentina un mundo que no podría haber parecido más distante.
La digitalización de la vida indígena choca ahora con algunas de las corrientes políticas más poderosas de Brasil. El presidente Jair Bolsonaro llegó al poder lamentando el tamaño de los territorios indígenas y defendiendo su apertura a los intereses comerciales.
Sin embargo, Internet ha sido una herramienta poderosa para salvaguardar y documentar una cultura que sentían cada vez más amenazada. Cunhaporanga promete que tendrá cuidado de honrar su cultura y su familia. Luego, vuelve a su teléfono y se pone a trabajar, respondiendo las preguntas que habían comenzado a llegar desde todo Brasil.