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Van de puerta en puerta ofreciendo de todo un poco: cocas para la cocina, vajillas completas o por partes, ropa para niño y adulto. Se vende a crédito sin fiadores ni compliques. Cada 8 días se recoge el abono que será anotado en la libreta del vendedor hasta completar el pago y tener de nuevo el cupo disponible para que el cliente compre otra vez. El vendedor puerta a puerta recorre barrios enteros al sol y al agua, algunas veces el trajín del día se complica más al encontrar la casa de un cliente con un aviso de «se arrienda» en la ventana.

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