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En la Alta Guajira colombiana y a falta de escuelas, los niños son los encargados de las labores diarias del pastoreo. En las mañanas, salen con los chivos a recorrer los alrededores del vasto desierto. El chivo es el sustento principal de las familias de la etnia Wayüu que habitan el territorio desértico de La Guajira y está muy arraigado en las tradiciones ancestrales, al punto que sirven en el momento de acordar matrimonios entre los distintos clanes. Las mujeres son tasadas en chivos y en collares.
Al final de la tarde, los pequeños pastores recogen los chivos, los cuentan y luego los ingresan a los corrales circulares que son hechos de la madera de los árboles del desierto.

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