Las miramos, pero no siempre las vemos. Son verdaderas guerreras, siempre presentes donde el conflicto está latente. Mujeres que, a pesar del uniforme que portan con orgullo, no pierden su feminidad.

No son solo policías; también son parejas, madres, hijas, hermanas, amigas y cómplices.
Algunas de estas centinelas dejan escapar una sonrisa cuando alguien las mira y les sonríe de vuelta.

Otras prefieren observar en silencio, guardando sus emociones tras la gran coraza que llevan durante las largas jornadas de trabajo. Son mujeres valientes, con historias llenas de matices y profundidad.