PRESENTACIÓN
Treinta años cumple este concurso, y a lo largo de ese tiempo hemos cambiado y evolucionado en sincronía con la situación económica, política y hasta sanitaria de América Latina. Empezamos convocando de manera general y luego fuimos segmentando el tema de acuerdo al material que llegaba y a las nuevas situaciones que se presentaban. Primero creamos las categorías de Hombres Trabajadores y Mujeres trabajadoras, luego generamos la de Niñez Trabajadora y cuando tomó fuerza el fenómeno de la globalización abrimos la categoría de Trabajo Migrante.
Pero, oh, sorpresa de sorpresas. Cuando iniciamos la categoría de Trabajo Migrante lo hicimos pensando en los latinos que migraban hacia los países desarrollados en busca de oportunidades laborales; si bien nos llegó material en esa línea, comenzamos a recibir fotos que documentaban la migración entre los propios países latinoamericanos; luego fuimos testigos de la desglobalización y del regreso de muchos migrantes, y ahora presenciamos la diáspora haitiana y venezolana, así como la llegada de migrantes africanos a Latinoamérica.
La categoría de Mujeres Trabajadoras también ha sido un termómetro de los cambios ocurridos a lo largo de tres décadas. Al principio llegaban obras donde se veía a las mujeres en oficios básicos, pero luego fueron acrecentando su protagonismo en el mercado laboral y se hizo patente la irrupción en trabajos que requerían mayor calificación laboral y profesional. Respecto a las fotógrafas participantes en este concurso, al principio eran pocas, pero en el año 2019 llegaron a ser casi la mitad de los participantes (cifra que bajó después de la pandemia).
Cuando el tema de la Economía del Cuidado entró en la agenda de la OIT, convocamos una categoría con el mismo nombre. Allí recibimos un interesante material que destacó la importancia de las personas cuidadoras, en su mayoría mujeres, cuyo trabajo poco reconocido representa un importante aporte a la economía familiar y al PIB de las diferentes naciones.
Como quiera que hubo un período especialmente convulso en el ámbito laboral de Latinoamérica, con fuertes huelgas y represión estatal, creamos en su momento la categoría de Conflictos Laborales donde pudimos apreciar las grandes huelgas y movimientos de los maestros, los palmicultores, los trabajadores petroleros y los campesinos cafeteros en Colombia; la lucha de los maestros y de los campesinos sin tierra en Brasil, pero también la lucha de los trabajadores metalúrgicos y de los recolectores de yerba mate (tareferos) en argentina. Y eso, para mencionar sólo parte de los conflictos.
Uno de los grandes aciertos que tuvimos fue el de haber creado la categoría sobre Trabajadores de la Salud en plena pandemia. El material que recibimos fue contundente y doloroso, pues mostraba el riesgo límite de médicos, paramédicos, vacunadores y hasta sepultureros enfrentados a la enfermedad y a la muerte, dotados con pobres instrumentos y vestimentas.
Para apoyar el ascenso y el reconocimiento laboral de la población LGTBIQ+ tuvimos en el 2023 la categoría de Raros y Oficios. La respuesta fue entusiasta, con maravillosos trabajos procedentes de México, Cuba, Brasil, Argentina y Colombia que nos ilustraron sobre la lucha de la población Queer y transgénero por ganarse la vida ejerciendo diferentes oficios.
Cuando en Colombia se firmó el Acuerdo de Paz, con esperanzadoras cláusulas de redención económica para el campesinado, creamos el Premio Especial sobre Trabajo Rural en Colombia que este año alcanza su sexta edición y del cual estamos en la tarea de hacer un libro antológico.
Esta es una pequeña síntesis de nuestro recorrido a lo largo de tres décadas en las hemos buscado dotar a la fotografía documental de seriedad y profundidad. Hay que ser viejo para ser testigo de la historia y este concurso ha llegado a la mayoría de edad para dar cuenta de ello.