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Profesores rurales duermen en el suelo (serie x 5)

Seleccionado Mujeres Trabajadoras

Jonatan Funes

EL SALVADOR


Maestros de escuelas rurales tienen que usar aulas para dormir.

La Ley de la Carrera Docente establece que los profesores tienen prohibido “usar el local de los centros educativos para vivienda o actividades no propias de la enseñanza, sin la autorización correspondiente”. Sin embargo, la realidad de los docentes rurales es otra.

Julia Maribel Rosales Aguilar tiene 46 años, de los que ha entregado 12 a la docencia. Es directora y profesora del Centro Escolar Caserío El Rodeo, cantón La Joya de Masahuat, Santa Ana. Su rutina es levantarse a las 5:30 de la mañana, bañarse con agua de una pila al aire libre y alistarse porque sus alumnos llegan a las siete. En su turno como docente, atiende a niños de parvularia a sexto grado, hasta las 12 del mediodía.

Luego pasa atender las labores administrativas en la dirección, la que se convierte de noche en su habitación, ya que por el difícil acceso al lugar le toca quedarse a dormir ahí, de lunes a jueves.
Esto pasa a pesar de que la Ley de la Carrera Docente, en el artículo 32 numeral 8, prohíbe a los maestros usar las instalaciones como viviendas. Su cama es una pequeña y desgastada colchoneta que la separa del suelo por apenas cinco centímetros. Se ha acostumbrado a dormir entre la papelería, artículos, estantes, escritorio, y otros objetos que mantiene en la dirección. Aguilar tiene ocho años de trabajar y vivir en esta situación. “Vine aquí a este centro educativo en el 2013, no había ni luz y me sentía bien triste de ver la situación en la que yo vine a dar, pero me fui acostumbrado, me fui adaptando a esta vida. Aquí paso el mayor tiempo, casi toda la ropa la tengo aquí guardada, mi cocina para hacer mis alimentos, mi camita que no es una cama sino una colchoneta, porque ya ni me cabe en la dirección”, expresó la profesora.


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